A pesar de que el olfato es la fuerza dominante en la percepción del sabor, los hispanoparlantes nos referimos a los aromas por los nombres de los alimentos con los que se asocian más comúnmente, como “dulces o cítricos”. Pero cuando se trata de carnes, entran en juego otros factores.
Muchas veces, a la hora de valorar este tipo de platos se usan expresiones como “jugosa o tierna”, pero son factores difíciles de valorar previos a su consumición. Es por ello que el primer factor estímulo a la hora de elaborar un buen plato de carne, se centra en el aroma y de su combinación con el gusto.
Olor y sabor son sentidos muy vinculados. La combinación de ambos permite apreciar cada uno de los cinco sabores básicos, estos son: dulce, amargo, salado, ácido y umami (que significa “sabroso” y es quizá el menos conocido) y combinarse entre ellos generando sabores únicos.
Todo ello es algo que en Restaurante Nolasco tenemos en cuenta a la hora de preparar cada una de nuestros platos, como el entrecot de vacuno con aroma de hierbas frescas, el solomillo de retinto trufado, los lomitos braseados de recental o la pluma ibérica con salsa de naranja amarga. Platos estrella de nuestra carta, que sorprenden a los comensales y los recomiendan una vez lo prueban.